El ajedrez es un deporte. Punto.
Más allá de ese debate y de la opinión que acabo de compartir, se puede decir que cuando se habla de rendimiento deportivo el ajedrez se siente como algo muy lejano.
Aunque a primera vista el ajedrez y el deporte parecen estar en diferentes dimensiones del universo, existe una sorprendente sinergia entre las estrategias mentales utilizadas por los jugadores de ajedrez y los desafíos a los que se enfrentan los deportistas a la hora de competir.
El ajedrez, como deporte mental, desarrolla habilidades como el pensamiento crítico, la planificación, la toma de decisiones y la capacidad de evaluar múltiples escenarios. Estas habilidades también son fundamentales para los deportistas, ya que deben tomar decisiones estratégicas, anticiparse a los movimientos de la competencia y adaptarse rápidamente a los cambios que se producen en la misma.
Una de las cuestiones más relevantes en este caso, que se puede practicar a través de la visualización, es la generación, creación y experimentación de posibles escenarios para reducir la incertidumbre y generar conexiones que lleven al deportista a «vivir» y repasar situaciones antes de que sucedan.
Famoso es el caso de Phelps visualizando todas las contingencias posibles para saber qué hacer cuando un día sucedan, como unas gafas repletas de agua y sin posibilidad de ver hacia delante. Lo mismo pasa con el ajedrez cuando se visualiza que pasa cuando muevo esta pieza a tal posición.
En cuanto a adaptarse a los cambios, cuando por ejemplo, en el fútbol, expulsan a un jugador, el equipo que queda con 10 jugadores debe rápidamente reubicar a los mismos como si de piezas se tratara.
Además de la evaluación de la posición de las piezas, otras similitudes entre el ajedrez y el deporte se puede ver en la efectiva gestión del tiempo. El timing es muy importante en muchos deportes, incluso en individuales, como puede ser un deporte de combate. A su vez, el tiempo puede ser un arma mental muy poderosa, ya sea para recuperarse o para desesperar al rival.
Todas estas variables no hacen más que a la estrategia y la visión de largo plazo, pilares fundamentales del ajedrez y el deporte.
Como si esto fuera poco, la creatividad para tomar decisiones es un componente vital tanto en el ajedrez como en el rendimiento deportivo. La creatividad está asociada al estado óptimo de performance, estado de flow descrito por Mihaly Csikszentmihalyi en su legendaria obra de psicología.
Cuando el deportista entra en ese estado puede experimentar niveles creativos fuera de lo común, que lo llevarán a realizar acciones sin pensar, como si lo estuvieran moviendo como un títere.
Otras de las sutiles (o no tanto) enseñanzas que el ajedrez deja a la práctica deportiva y la competencia es a enfrentar la adversidad, mantener la calma bajo presión y a encontrar soluciones en situaciones aparentemente imposibles.
Al combinar las estrategias mentales del ajedrez con el mundo deportivo, se puede promover una mentalidad estratégica, una toma de decisiones consciente y la capacidad de adaptarse rápidamente a situaciones cambiantes durante la competencia.
Esta combinación única ofrece un enfoque novedoso para abordar los desafíos en la práctica deportiva, fomentando la agilidad mental, la creatividad y el éxito a largo plazo.
Muy probablemente, además de considerar estas enseñanzas extrapolables a la práctica de cualquier deporte, el hecho de jugar ajedrez puede representar un entrenamiento mental muy interesante para cualquier persona que quiera desarrollar estas habilidades en su especialidad.
En resumen, el ajedrez proporciona una fuente de inspiración sorprendente para desarrollar estrategias mentales en el ámbito deportivo.
Para resumir, algunas de las enseñanzas más importantes que al ajedrez brinda a los deportistas para su mejora en el rendimiento son:
- Pensamiento estratégico para una competencia
- Visión a largo plazo
- Visualización de escenarios
- Toma de decisión consciente
- Creatividad para resolución de conflictos
- Enfrentar la adversidad
- Mantener la calma en un entorno de presión
- Adaptación rápida al entorno
¿Se te ocurre alguna más?