Ser Luigi en un mundo de Marios: El arte de brillar desde las sombras

“Llego a casa temprano hermano, nada salió como yo esperaba: él fue mejor, se la llevó”

Así empieza una de las canciones que más escuché durante mi adolescencia. Se llama “Nº 2 en tu lista” y así sus autores, Los Fabulosos Cadillacs, reflejaban en sus canciones sus historias de vida marcadas con la narrativa del perdedor, del segundo, del que siempre iba por detrás. 

Siempre me impactó, aunque me costaba darme cuenta o expresarlo, el hecho de apoderarse orgullosamente de una visión por fuera de lo normal, de lo hegemónico, de lo impuesto, como lo hacían esas canciones.

Ni ganador, ni rockstar ni héroes, mi mayor admiración siempre fue para los underdogs o los sidekicks (sorry for my english, ya explicaré más adelante)

Puede parecer pesimista, pero siempre me sentí identificado con esto y a la vez, probablemente también haya moldeado mi visión sobre la vida.

Desde adolescente me fascinó esa idea de resignificar la derrota, de encontrar dignidad en la sombra, en el segundo lugar, ya sea internamente dentro de un equipo o puertas afuera en una competencia. Mientras otros idolatraban al número uno, yo me sentía atraído por aquellos que vivían en el margen, en el papel secundario. Me llevó años entender por qué.

Ahora de más grande, entendí que todo se trata de roles, y cada uno de ellos tiene su lado oscuro, su potencial y su riqueza. Y un día, sin buscarlo, esa idea me encontró en casa, en forma de un viejo conocido.

¿Por qué escribí este artículo?

Todas estas reflexiones surgieron en mí hace poco después de sacarme una foto antes de ir a un evento.

Allí estaba, silencioso, a lo lejos, en la sombra. 

Era Luigi, el “segundón” de Mario, aquel del que nadie sabe nada, excepto por creer que es un tipo miedoso, vergonzoso y sin el carisma del protagonista que, sin intención, tuvo siempre bajo su sombra: su hermano Mario. 

Luigi, simbólicamente, nos muestra en su mano derecha el número 2 y al mismo tiempo la V de la victoria. ¿Casualidad?

¿Qué tienen que ver las narrativas mentales y los roles con el deporte?

¿Qué tienen en común Andrés Bale (el autor de este artículo) , Luigi y Scottie Pippen?

¿Por qué hacen falta más Luigi’s en el mundo?

La respuesta no solo te hará entender el valor de los Luigi’s del mundo, sino también repensar qué significa el éxito, en el deporte y en la vida.

Te lo cuento en este artículo.

¿Quién es Luigi? 

Me atrevería a decir que no hace falta presentar a este personaje, pero la realidad es que la mayoría de los que lo conocen de los videojuegos no tienen ni idea de quién es en realidad.

Sí, lo conocen por ser “el hermano de Mario Bros”

Pero Luigi es mucho más que eso. 

Ser Mario es fácil. Es un superhéroe, no piensa, sólo actúa. Hace lo que tiene que hacer, sin miedo a nada. Nunca pierde y siempre sale victorioso. Mario es el favorito. Además, cuenta con un ayudante de lujo que lo salva cuando está en problemas. 

Pero ser Luigi es otra cosa. Nadie lo mira, nadie lo halaga, vive a la sombra y todo le cuesta el doble. Teme, duda y desconfía. Por suerte para él, tiene el amor y el apoyo incondicional de su hermano mayor, al que muchas veces usa como escudo humano y emocional.

Figura de Luigi haciendo el signo de número 2, representando el papel de los sidekicks y underdogs.

Luigi desarrolló una personalidad tímida, vergonzosa y un poco sumisa. Por eso, evidentemente, no es tan fácil ser Luigi.

Pero Luigi tiene algo que Mario no: avanza con miedo. Es valiente. Conoce emociones profundas y convive con ellas, mientras aprende a superar cada uno de los desafíos que se ponen por delante. Luigi tiene un corazón de oro y su accionar se agiganta cuando sus seres queridos están en problemas. Luigi es resiliente, Luigi es enorme.

Luigi sabe, en el fondo, que su éxito no es ser el primero o el héroe. Tiene claro que su fortaleza proviene de su rol. Sí, es el hermano menor de Mario y su rol no es protagónico, pero no por eso deja de ser importante en la historia. Mario nunca hubiera salvado al Reino Champiñón de las garras de Bowser sin su hermano. 

Luigi es un excelente sidekick, y sin estos, no existiría ningún héroe. 

Roles y sidekicks en los equipos

Luigi no está solo 

Si Robin no existiera, Batman se hubiera hundido en la oscuridad de su propio trauma. Si Watson no estuviera a su lado, Sherlock Holmes se hubiera perdido en su propia genialidad. Si Sancho Panza no hubiese acompañado a Don Quijote, este jamás se habría convertido en un verdadero caballero. 

El héroe brilla porque el sidekick le da equilibrio.

Este arquetipo del compañero fiel que opera bajo la sombra del líder no es nuevo, mi querido Watson.

Este término, sidekick, proviene de la jerga anglosajona y se refiere generalmente a un compañero, mayormente considerado subordinado de alguien más. 

Por lo general, el sidekick tiene cualidades complementarias al héroe principal, puede brindar otras perspectivas y sus conocimientos y habilidades aportan al desarrollo del equipo en cuestión. 

Muchas veces, principalmente en ficción, se destacan rasgos en forma negativa y burlona para destacar y realzar las cualidades del héroe. Por ejemplo, puede ser visto como inútil para que el protagonista parezca más efectivo en sus acciones. 

El sidekick muchas veces es también el que hace “el trabajo sucio”, el que el protagonista o héroe no está dispuesto a hacer para lograr el objetivo. 

Al fin y al cabo, si se quiere presentar a cualquiera de estos personajes como un segundón, un perdedor o alguien que no tiene influencia, es justamente lo contrario a la realidad. 

El sidekick es exitoso por su rol de acompañante, aportando valor de otra manera, una menos convencional pero igual o más notoria que la del líder que se lleva los laureles. 

¿Qué es más fácil: ser brillante aportando una idea a pesar de ser un poco torpe o vencer un enemigo siendo naturalmente fuerte y agraciado? 

Sin dudas, el sidekick tiene la batalla más difícil, y por eso su falta de reconocimiento es una de las mayores injusticias. Sin embargo, estos personajes, no dependen de una validación externa y las veces que logran ayudar a su acompañante brillan. Aunque sufren, saben que sus recursos son enormes, su personalidad es más profunda y su éxito es indiscutible. 

Sidekick en el deporte: Scottie Pippen, el jugador más infravalorado de la NBA

Puede que este nombre no te suene tan familiar si no sos fanático del basquet o de los deportes en general, pero te aseguro que Scottie Pippen es tan importante en su recorrido como lo es Luigi para Mario.

Scottie Pippen fue, es y será el ejemplo más considerable de sidekick en el deporte por el mero hecho de haber sido el aliado de Michael Jordan, quizás el deportista más exitoso de todos los tiempos. 

El mismo Michael Jordan, muchas veces de aparente carencia de humildad en su obsesión por ganar, comentó: “Nunca voy a encontrar un tándem, un sistema de soporte, otro compañero en el juego de básquet como Scottie. Fue un placer jugar con él, me ayudó tanto en la forma en que enfoco el juego, en la forma en que jugaba. Siempre que hablen de Michael Jordan deberían hablar también de Scottie Pippen. Lo considero mi mejor compañero de todos los tiempos.” 

El mismo Pippen tenía un gran autoconcepto y declaraba que sabía que era uno de los mejores y, principalmente, que entendía cuál era su valor dentro del equipo.

Sin embargo, siempre fue infravalorado por el entorno. En su penúltimo campeonato con los Chicago Bulls fue: 2º en puntos, 2ª en rebotes, 2ª en minutos jugados, 1ª en asistencias y 1ª en robos. Sin embargo era el 6ª pagado del plantel y el 122ª pagado de toda la NBA: 

Antes de que Scottie Pippen llegue a los Bulls en 1987, Jordan llegó a meter 63 puntos en un solo partido de playoff pero ni eso era suficiente porque igual su equipo perdía. Jordan jugaba solo y si, por algún motivo, no lo hubieran rodeado de compañeros como Pippen, otra sería su leyenda. 

Pippen sin Jordan hubiera sido una estrella, pero nunca le dieron la oportunidad de serlo. Era el motor silencioso de los Chicago Bulls, y mientras que Jordan tenía la atención del mundo, Pippen era subestimado por un sistema que nunca le dio el reconocimiento que merecía. Scottie no solo acompañaba, sino que tenía que demostrar su valía a cada momento. Y esto nos lleva a otro concepto clave: el underdog. Porque no solo fue un sidekick, sino que fue alguien que luchó contra un sistema que lo subestimaba. Fue el eterno olvidado, el que peleó contra la narrativa del favorito. Y eso lo hace aún más grande.

Cuando hablamos de una dinámica de acompañamiento o relacionadas a un equipo hablamos de sidekicks, pero cuando se trata de una lucha desigual, de alguien que enfrenta la adversidad sin ser favorito,muchas veces ante un rival o algo externo, hablamos del underdog. Y en el deporte, los underdogs son los que desafían todas las probabilidades para demostrar que los pronósticos no siempre son ciertos. 

Y eso me encanta. 

Underdogs

El concepto “underdog” surge de las peleas de perros, y fue utilizado por primera vez en el año 1859. Como su nombre lo indica en inglés, el top dog era el perro que estaba encima, el que ganaba la pelea. Por otro lado, el underdog, el perro por debajo, se refiere al perdedor.

En términos de definición, y sin contar con una traducción exacta, underdog es aquella persona o equipo que está considerado como el más débil o el menos propenso a ganar. 

Y esta es la sensación que no paro de describir desde el principio, esa sensación de no ser favorito, de no ser visto, de que no se espera nada de vos, mientras que internamente se gesta un poder inmenso. Un valor no reconocido pero gratificante. Como dijo Mark Twain: “No es el tamaño del perro en la pelea, es el tamaño de la pelea en el perro.”

Los underdogs son los que desafían las probabilidades. Leicester City ganando la Premier League contra equipos multimillonarios. Rocky Balboa peleando sin ser favorito. Nadie apuesta por ellos, pero encuentran la manera de desafiar la lógica. Pippen fue un underdog porque siempre tuvo que demostrar que merecía estar ahí. Y Luigi también lo es: en un mundo donde todos quieren ser Mario, él demuestra que hay otras maneras de ser grande.

Ser un underdog significa pelear contra todas las probabilidades. Significa no ser el elegido, pero trabajar hasta cambiar la historia. Y muchas veces, ese es el verdadero éxito. 

El underdog es el que entra a la cancha sabiendo que nadie apuesta por él. Es el que ve cómo todos dan por hecho su derrota, pero decide pelear de todas formas. No es el favorito, no tiene el reconocimiento, pero dentro suyo arde un fuego que los demás no pueden ver.

Me considero un sidekick y un underdog de manual. 

Mi experiencia como coach y copywriter

Como relaté al comienzo, desde más chico me sentí parte de estos relatos y personajes porque yo, de alguna manera, me sentía parte de ellos. 

Y ahora, a nivel personal y profesional, ya no me escondo de ese rol ni quiero salirme de él. No busco reconocimiento heroico ni ser protagonista. 

Tengo claro mi rol y ese es mi éxito. 

Como coach de desarrollo personal-deportivo estoy detrás de progresos en los cuáles nadie me reconoce, porque nadie siquiera sabe quién está detrás. El protagonista es el deportista, y el coach, un acompañante que no tiene las mismas destrezas físicas pero aporta otro tipo de habilidades. Mi éxito va en el desarrollo de mi deportista, en sus logros, en sus victorias. 

Si ellos ganan, yo también. Y si pierden, lo mismo, porque encuentran en esa sombra el poder de la reflexión y la mejora continua. 

Además, cuando me tocó trabajar con jugadores de deportes en equipo como básquet, voley o hockey, la mayoría de las veces el punto de inflexión en su proceso de desarrollo se da cuando toman perspectiva real y entienden (y abrazan) su verdadero rol en el sistema que componen. Los ayudo a que se den cuenta de esto y liberen su potencial oculto.

No siempre se puede ser protagonista, y tampoco es necesario para ser exitoso.

Como copywriter me pasa lo mismo, mis clientes venden programas y cursos con textos que escribo yo. Con mis ideas creativas, con la persuación de mis textos. Y tampoco es que sea lo único, es solo una variable más que lo ayuda. Y ese es mi éxito. 

Lo que realmente me motiva es seguir aportando valor, aunque no siempre sea visible. Un valor que puede nacer desde esa oscuridad, esas sombras, esas inseguridades y miedos que me hacen ser como Luigi. 

Un valiente, un compañero leal y un ser sensible que sabe lo que quiere. 

Para mí, el éxito no está en los laureles, sino en acompañar y ver crecer a otros.

Lo mismo con la mentalidad underdog. 

El lobo en la cima de la montaña no tiene tanta hambre como el que sube por la ladera. Yo soy el que sube, no soy el mejor, pero avanzo. Evoluciono sin pausa y eso me hace más fuerte. No soy el favorito, y justamente por eso, disfruto el camino

El mundo necesita más Luigi`s

Vivimos en un mundo que idolatra a los Mario, a los Jordan, a los número 1. Se habla de los ganadores, de los héroes, de los protagonistas. Pero, ¿qué sería de ellos sin los Luigi o los Pippen? 

Sin el trabajo silencioso, sin los que empujan desde la sombra, sin los que entienden que su éxito no depende de la validación externa sino del valor que aportan, ¿seguiría siendo todo igual?

El mundo necesita más Luigi’s porque necesita más valentía para avanzar con miedo, más lealtad para sostener un equipo, más humildad para brillar sin aplastar a otros. 

Necesitamos más personas que entiendan que el éxito no está en el trofeo, sino en el camino.

En el deporte y en la vida, los Luigi’s son los que sostienen a los Mario’s, los que hacen que todo funcione, los que aceptan su rol con dignidad y encuentran en él una grandeza que pocos logran comprender.

El éxito no es solo para los número uno. También es para los que sostienen al equipo, para los que son la red de soporte, para los que entienden que el verdadero legado no está en los trofeos, sino en la huella que dejamos en los demás.

El éxito no necesariamente se traduce en cuántos títulos ganaste. Puede ser también en cuántas personas brillaron gracias a tu aporte.

¿Alguna vez te sentiste un Luigi?

Contame en los comentarios tu historia. Y si este artículo te hizo pensar en alguien más, compartilo con ellos.

Te leo en los comentarios

Comentarios

    Marcela
    February 16, 2025

    Me encantó Andrés!!! 🙌🏼👏👏👏👏👏👏

      Andres
      February 16, 2025

      Gracias Marce!

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