Andrés Bale

5 aprendizajes que me dio mi última clase de yoga y cómo puede ayudarte en el deporte.

Me encuentro en la ciudad de Barcelona, en España, y me dieron ganas de retomar el yoga. Esta práctica tiene sus idas y venidas conmigo, tengo épocas en las que me parezco a un yogui de la India y otras en las que no quiero saber nada. Estos escenarios tan opuestos sin embargo son dos caras de la misma moneda. Y, para reforzar esta hipótesis, te comparto que la palabra yoga significa “unión”.

Cuando no quiero saber nada con el yoga, es cuando más duro me siento. Lo digo a nivel físico, pero mientras escribo me doy cuenta que esa solidez, esa dureza y esa rigidez se trasladan al plano mental. 

Fui a una clase gratis que encontré por internet, caminé unas 15 cuadras y llegué. Había gente de todo el mundo, no conocía al profesor, menos al estilo de yoga y para colmo no me siento particularmente habilidoso o bueno para practicarlo. Dadas estas circunstancias, me puse a reflexionar lo valioso que había sido el simple hecho de haber ido, independientemente de que quedé muy conforme con la clase.

Nunca transpire tanto en mi vida, me exigí, fue una práctica dura a nivel físico. Al final, pude relajarme de una manera muy profunda en la meditación final. Al volver al departamento, empecé a valorar algunas de las enseñanzas que la práctica del yoga me sigue aportando. 

Aquí van algunas de ellas: 

Mentalidad de principiante

El hecho de ser curioso y querer explorar cosas nuevas es una característica y habilidad fundamental. Abrirse a nuevos aprendizajes puede significar encontrar nuevas posibilidades de crecimiento en la vida. 

Cuando le conté a una persona lo que había hecho en forma natural: (inscribirme, ir sin conocer a nadie, no preocuparme por mi performance) me dijo: “Vos estás loco, yo no hubiera ido”. 

Me di cuenta el valor que tenía haberlo hecho en forma automática ya que en otra etapa de mi vida hubiera tenido miles de pensamientos que hubiesen boicoteado mis intenciones. Lo celebré y me felicité por llevar a cabo la mentalidad de principiante. 

El profesor era diferente a todos los que tuve, tocaba una música extraña y decía cosas aparentemente fuera de lugar. Sin embargo, nunca lo juzgué y de hecho intentar escuchar más allá de sus palabras me despertó varias inquietudes. 

El hecho de no haber tomado mis prácticas anteriores como una verdad absoluta me permitieron disfrutar mucho más de ésta última experiencia. 

Sentí la misma intención en el resto de la clase, nadie se conocía entre sí y había desde expertos hasta personas que practicaban por primera vez. Sin juicios y con apertura, así estaban todos en la clase.

Para un deportista esta habilidad es clave. Ser capaz de vaciar su mente y considerarse un principiante, un observador del momento presente, un curioso por la vida y por el aprendizaje le permite escuchar lo que nadie escucha, hacer lo que nadie hace y alcanzar máximos niveles de performance a través del estado de FLOW.

Es fácil pelear o huir

En una de las posturas, me dolía mucho el cuerpo. Perdí el equilibrio y no sabía como hacer para aguantar. El instructor en ese momento dijo algo que me impactó: 

“Respira. Respira. Es fácil pelear o huir cuando estás incómodo. Lo difícil es seguir ahí, en calma, respirando”

Claro, este sabio encubierto detrás de unas rastas y tatuajes de tribales, lo que me quería decir es que respirando podía encontrar mi centro, la calma en mi postura, y seguir intentándolo. 

La reacción de pelea, huida o parálisis es un efecto biológico ancestral que tenemos los seres humanos cuando se nos presenta alguna amenaza. La amígdala del cerebro está programada y nos lleva a hacer alguna de esas tres cosas sin pensar. Pero claro, eso es muy fácil. Lo haces y ya. 

Cuando estaba en la postura fue como estar en medio de un momento tenso en la competencia deportiva. 

Desarrollar la habilidad de estar en calma en el caos, la capacidad de seguir de pie en el ojo del huracán es sumamente poderosa si tu objetivo es competir bajo presión. 

Aprender a respirar y a estar en calma en los momentos difíciles es otra clave del alto rendimiento deportivo. Entrenar éstos aspectos te permite convertir lo automático en consciente.

Estar completamente inmerso en el momento presente

Muchas veces me encuentro realizando actividades de disfrute y pensando en otra cosa. Me pasa mucho con los temas laborales. 

Lo mismo que le pasa a un jugador que en pleno partido piensa en la última discusión con su pareja. 

Al final de la clase de yoga me di cuenta de que no había pensado en nada. En absolutamente nada. El haberme centrado puramente en lo que tenía que hacer, en haber escuchado activamente las palabras del profesor o incluso en el esfuerzo percibido por encima de mis habilidades me permitió conectarme con el momento presente.

Estoy seguro de que todo fluyó mucho más que si hubiera estado pensando en cómo iba a redactar el artículo más tarde (de hecho, se me ocurrió al llegar a casa). 

Cuando te centras en lo que tienes que hacer, cuando derribas toda interferencia entre vos y tu mejor versión, cuando incluso puedes desapegarte de tu propia identidad en el momento de la performance, entras en “la zona”. 

La respiración profunda y la concentración me permitieron experimentarlo y disfrutarlo. La capacidad de estar presente y fluir es fundamental y característica de todo atleta de alto rendimiento. Cuanto más tiempo pases en este estado, mejorarán tus sensaciones y también tus resultados. 

¿Cuál es el pensamiento más recurrente que te saca del momento presente? 

Caer y levantarse

Si hay una enseñanza que me dejó el yoga siempre que lo practiqué (y hoy lo confirmé) es la capacidad de desarrollar la mente es cuestiones de determinación, perseverancia, paciencia y resiliencia. 

Cada vez que hago yoga, en muchas posturas me pasa que pierdo el equilibrio o bien me duele mucho algún músculo, lo que me lleva a caerse o dejar de hacerla. 

Una profesora de yoga me dijo una vez que la postura que más te cuesta es la que más tenés que trabajar. 

¿Será que es la misma filosofía que hay alrededor de esta práctica milenaria lo que la convierte en un gran entrenamiento mental? 

Cada vez que me caigo, automáticamente me pongo a armar nuevamente la postura. Caerse y levantarse a pesar de la frustración o la impaciencia es una gran virtud que se puede desarrollar y principalmente puede extrapolarse a los demás ámbitos de la vida. 

Tener la capacidad de equivocarte sin juzgar o no rendir acorde a tus expectativas y sin pensarlo retomar automáticamente y hacer lo mejor que podés en ese momento es, sin dudas, una enseñanza súper práctica de entrenamiento mental que el yoga me deja cada vez que lo practico. 

En el deporte, los atletas corrientes practican hasta que algo les sale bien. Los mejores lo hacen hasta que eso no les salga mal. Y la brecha entre esas dos opciones es la cantidad de veces en que se caen y se levantan. 

Intentar, seguir, probar, aumentar la dificultad, caer, levantarse. Así piensan los campeones y al menos a mi esta cuota de determinación me la entrega el yoga. 

¿Y a vos, te cuesta levantarte cuando te caes? 

Tolerancia al dolor

Cada estiramiento y cada sensación de dolor puede aparentar ser algo malo o innecesario. Sin embargo, la ciencia demuestra que ésto impacta de manera positiva y silenciosa en nuestro desarrollo y nuestra mentalidad. 

El experto neurocientífico de Stanford Andrew Huberman, comenta que se realizaron estudios con exposición al frío y al calor a diferentes grupos: uno conformado por practicantes de yoga y otros personas que nunca lo hicieron. 

Los resultados fueron contundentes: las personas que practican yoga regularmente tuvieron una tolerancia al dolor de hasta el 100% o más que las personas sin experiencia en esta práctica.   

Resulta que empujarse conscientemente al disconfort impacta directamente en el desarrollo de un área del cerebro asociada a la tolerancia al dolor. 

Al practicar yoga, aumenta el tamaño de la ínsula, por lo tanto, aumentan las habilidades de interocepción de la persona y ésta empieza a tener más registro y mejor control sobre las sensaciones de dolor en su cuerpo. 

Teniendo en cuenta los estudios y esta información, entiendo que la exposición a la incomodidad de las posturas – y a cualquier incomodidad en general – resulta beneficioso a nivel físico y mental.  

Cualquier deportista de alto rendimiento debería saber que el desarrollo de su capacidad de interocepción es indispensable para entregar la performance requerida así como también el aumento de la tolerancia al dolor como habilidad que permite contextualizar los esfuerzos percibidos y acelerar el desarrollo de habilidades de manera más rápida y efectiva. 

¿Has practicado yoga alguna vez? ¿Cuáles fueron sus enseñanzas en tu vida?

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