Nunca tan alto, nunca tan bajo: la clave mental del éxito en el deporte

Ricky Rubio es un jugador de baloncesto español que ha revolucionado el mundo deportivo cuando tomó la decisión de parar de jugar por problemas ligados a la salud mental. 

Hacer esto en la élite, como la NBA, no es nada fácil. Por eso, su figura se vio magnificada con justa razón. 

Ricky Rubio ya era una estrella, pero esto lo llevó a otro nivel porque sirvió como ejemplo a miles de personas que sufren de problemas de esta índole. 

A partir de esta situación sobre salud mental Ricky popularizó una filosofía de vida que aprendió de un mentor y está basada en la frase: “Never too high, never too low

Pero más allá de su decisión, hay algo en su filosofía que me hizo pensar en una historia milenaria: el mito de Ícaro y Dédalo. Un relato sobre volar alto, pero sin perder el equilibrio

Ricky Rubio popularizó esta mentalidad clave para el éxito en el deporte: nunca tan alto, nunca tan bajo. Pero esta idea no es nueva. La mitología griega nos dejó una lección atemporal sobre cómo manejar las emociones y tomar decisiones estratégicas en la vida y el deporte. Hoy, la ciencia nos da herramientas para aplicarlo y en este artículo quise acercártelas de una sola vez.

En el deporte, como en la vida, el equilibrio lo es todo

La mentalidad “Never too high, never too low”

Lo que puede parecer una simple frase o una filosofía de vida, esconde detrás algo que se me vino a la mente apenas lo leí y tiene un significado mucho más profundo y antiguo. 

Encontré una similitud instantánea entre la frase y la historia mitológica de Dédalo e Ícaro. Luego, como de costumbre, empecé a hilar ideas y pensamientos utilizando ese mito como hilo conductor – y una buena oportunidad – para explicar herramientas y enfoques psicológicos relacionados al desarrollo personal – deportivo. 

En este artículo te voy a explicar porque la frase “Never too high, never too low” es una gran filosofía para afrontar los desafíos que se presentan en la vida personal y en una carrera deportiva. 

Además, profundizaré sobre muchos aprendizajes que este antiguo mito puede arrojar para afrontar los desafíos de la vida personal y deportiva. 

En un mundo de victorias y derrotas, las expectativas y las emociones están arrastradas por una montaña rusa de estímulos y situaciones. No estar tan arriba ni tan abajo representa la capacidad del equilibrio, de la gestión emocional, de la neutralidad y de la evolución sin pausa. 

¿De dónde viene esta idea de alejarse de los extremos?

No es solo una lección moderna. Hace miles de años, los griegos ya habían dejado este mensaje oculto en uno de sus mitos más famosos.

El mito de Ícaro y Dédalo 

No quiero complicarte la vida con historias mitológicas creadas hace miles de años, pero sí describir algunas partes importantes que servirán de apoyo para entender los recursos y herramientas que fundamentan un entrenamiento mental poderoso. 

Cada símbolo de la mitología esconde reflexiones interesantes que sirven para evolucionar en el campo de juego personal y deportivo. 

Dédalo era un inventor muy prestigioso en la isla de Creta en el mundo antiguo Griego y tenía un hijo llamado Ícaro. 

Dédalo, en un momento dado, asesinó a uno de sus discípulos por haber logrado un gran invento para la sociedad. Dédalo tenía mucha envidia de no haber sido él el protagonista. 

Tras intentar escaparse, logró refugio bajo las órdenes del Rey Minos, el cual quiso aprovechar su ingenio y le solicitó que construya un laberinto para encerrar a una bestia que tenía un cuerpo animal y humano: el minotauro. 

El laberinto era imposible de resolver y sólo Dédalo conocía su salida. 

Por otra parte, Teseo era un hombre que quería deshacerse del minotauro y por eso pidió ayuda para saber como matarlo sin perderse en el laberinto. 

Dédalo lo ayudó a lograrlo, pero el Rey Minos se enteró y totalmente enfurecido decidió encerrar en una torre dentro del laberinto a Dédalo e Ícaro por siempre. 

Y aquí viene lo importante: 

Dédalo descubrió que la única forma de escapar era por aire, ya que era imposible salir del laberinto, que además estaba rodeado por el océano. 

Para eso, con restos de plumas y cera, construyó alas para volar con su hijo Ícaro.

Fue aquí cuando muy sabiamente aconsejó a su hijo lo siguiente: que no volara tan alto, cerca del sol, porque podía derretirse la cera y eso lo llevaría a la muerte. Por otro lado, que no volase tan bajo, porque las plumas podían chocar con el mar, resecarse y también moriría ahogado. 

Luego de construir las alas, empezaron a volar y lograron escapar con éxito. Sin embargo, a los pocos kilómetros, Ícaro, en un acto de curiosidad y ambición, y desoyendo los consejos de su padre, voló alto para tomar perspectiva y mirar todo el hermoso paisaje desde lo alto del cielo. 

Como consecuencia, sus alas se derritieron con el sol y cayó al mar. Murió ahogado y su padre siguió vuelo, con una enorme tristeza, hasta Sicilia, su nuevo hogar. 

Mito y desarrollo personal – deportivo 

Esta historia nos deja grandes enseñanzas que voy a ir desglosando una por una para que puedas entenderlo y aplicarlo. 

La idea original fue explicar la mentalidad de Ricky Rubio, pero repasando el mito encontré muchos puntos de relación que pueden servirte para engrosar tu capital mental y psicológico.

Lo voy a explicar en 5 puntos principales por órden en la historia:

  1. Asesinato de Dédalo – La comparación
  2. Laberinto – Desafíos y estancamiento. 
  3. Consejo de Dédalo a Ícaro – Mentalidad.
  4. Vuelo – Toma de decisiones. Recursos y Herramientas
  5. Muerte de Ícaro – Curiosidad y Perspectiva vs. Ambición e Impulso. 

La envidia no conduce a ninguna parte

La primera reflexión empieza por la emoción que sintió Dédalo y que desencadenó todas las desgracias de este mito: la envidia. 

Dédalo cometió el mismo error que cometen muchos deportistas que llegan a las sesiones conmigo y es el hecho de compararse con otros deportistas. Se comparan de una manera que no es sana, sino más bien destructiva.

Sentir envidia por logros de otro, por habilidades ajenas o por circunstancias externas es, básicamente, una pérdida de tiempo, energía y dirección.

Así como la envidia llevó a Dédalo a cometer un grave error y terminar en un laberinto, esta misma emoción puede llevar a un deportista que tiene un futuro brillante por delante a enterrar su potencial en un lugar solitario y oscuro. 

La comparación es la madre de todos los bloqueos mentales. La única forma de progresar en la vida y en el deporte es centrándose en uno mismo y en su propio proceso de aprendizaje. 

La envidia no solo destruyó a Dédalo, sino que lo atrapó en un laberinto. Y muchas veces, la comparación nos hace lo mismo: nos encierra en un estado mental donde creemos que no hay salida. Pero siempre hay una.

De todas formas, podemos encontrar muchísimos aprendizajes en todo lo que sucedió después en el laberinto y el vuelo para escapar del desafío. Pero antes de pasar al siguiente punto, te presento una herramienta útil de comparación sana para mejorar: el modelado. 

Herramienta #1: Modelado.

El modelado es una herramienta que surge de la teoría de aprendizaje social de Albert Bandura y es conocida también como experiencia vicaria.

Los seres humanos aprendemos por observación e imitación desde pequeños y esta comparativa es funcional, es decir, una manera posibilitante de mirar al exterior para mejorar.

Como deportista, es importante encontrar modelos que ya han logrado los objetivos que uno quiere lograr, o bien tengan rasgos mentales o técnicos que se quieran incorporar. 

Este tipo de comparación es sana porque justamente, en el fondo, no es una comparación. Es utilizar al otro como modelo a seguir, para luego incorporar elementos propios y lograr, en el mejor de los casos, una versión mejorada. 

Retomando otro ejemplo del mundo del basquet, podemos usar a Kobe Bryant, una leyenda que en sus comienzos decidió modelar muchos gestos de su ídolo Michael Jordan. Además, contrató a Tim Grover, su mentor. Se moldeó a medida inspirado en un referente. Eso no es envidia, es inteligencia. 

Como verás, esta herramienta de «comparación» está lejos de ser envidia y permite utilizarla de manera sana para busca generar un aprendizaje sostenible en la persona que la lleva a cabo. 

En lugar de compararte desde la envidia, utilizá la comparación como herramienta de aprendizaje. El modelado consiste en analizar y aprender de quienes ya lograron lo que vos querés lograr, tomando lo mejor de ellos para adaptarlo a tu propio camino. Como Kobe modelando a Jordan, inspirate estratégicamente, no te frustres innecesariamente.

Laberinto sin salida: el típico escenario mental limitante

Dédalo y su hijo estaban atrapados en un laberinto sin salida y por supuesto, este símbolo representa el hecho de estar atascados, bloqueados, paralizados o incluso atrapados en una situación que no tiene resolución.

Es lo mismo cuando un deportista viene a la sesión con un problema aparentemente imposible de resolver y que lo tiene frenado emocionalmente. Todos los desafíos que aparecen en una carrera deportiva son como laberintos que se interponen entre el comienzo y el final. Son bloqueos que impiden el correcto, o supuesto, avance fluido. 

Pero esto es normal. 

¿Quién dijo que la vida es fácil? 

¿Por qué una carrera deportiva debería carecer de desafíos?

Todos sabemos que los impedimentos son importantes porque sin estos no habría crecimiento. Así como cuando a un músculo si no lo haces esforzar en el gimnasio no crece, lo mismo pasa con la mentalidad. 

Los desafíos son importantes e incluso necesarios para evolucionar. Marco Aurelio, el emperador romano que estuvo siglos después de la época dorada de la mitología griega dijo: “El impedimento a la acción, avanza la acción. Lo que se interpone en el camino, se convierte en el camino

Para Dédalo e Ícaro, resolver el enigma de cómo escapar del laberinto era parte de su camino. Muchos deportistas quieren escapar del laberinto de la frustración lo más rápido posible. Pero la verdadera maestría es aprender a navegarlo sin desesperarse. 

Así como Dédalo se sintió atrapado en el laberinto, muchos deportistas sienten que su progreso se estancó. Y es aquí donde entra en juego un concepto clave en el desarrollo personal: el efecto plateau.

Herramienta #2: Efecto Plateau

Diversos autores como George Leonard en el libro Mastery, o Adam Alter en Anatomy of a Breaktrough han explicado este efecto psicológico que, en pocas palabras, es el efecto meseta en un proceso. 

El efecto plateau o meseta es el fenómeno de estancamiento, o sensación de estancamiento, que se produce en cualquier proceso de evolución o aprendizaje. La misma adaptación del cerebro y el cuerpo a un desafío hace que, en un momento dado, este deje de serlo y el progreso deje de percibirse. 

La meseta representa una etapa de aparente estancamiento, pero que es parte del crecimiento. Todo aprendizaje tiene una meseta y la única forma de lograr el objetivo final es abrazar este proceso y no perder de vista que tarde o temprano habrá un progreso que supere esta etapa. 

El laberinto representa el escenario sin solución que muchas veces aterra a las personas y les hace creer que deben abandonar, cuando en realidad es la muestra de que van por el buen camino. 

Si encuentras un laberinto, tienes que seguir. Es clave aprender a aceptar los períodos sin progreso visible como parte del crecimiento. 

Como herramienta práctica, supone analizar cuidadosamente todas las variables personales y del entorno para darse cuenta si efectivamente este estancamiento es parte natural del aprendizaje y a hacer consciente el acto de la paciencia, que no es más que esperar activamente. 

Y esto último es clave:  La paciencia no es lo mismo que la espera, que es una conducta de pasividad. La paciencia es una conducta activa y es útil cuando se están ejecutando las acciones necesarias para estar preparado cuando surge la próxima oportunidad.

El Efecto Plateau es la sensación de estancamiento en el aprendizaje o rendimiento. Pero en realidad, no es estancamiento: es una fase natural del progreso. La clave no es desesperarse ni cambiar de rumbo, sino seguir con consistencia hasta que la curva vuelva a subir. Paciencia activa, no resignación.

Herramienta #3: Efecto Gradiente de Meta

Este efecto psicológico se desprende del anterior y fue desarrollado en experimentos con ratas, justamente, en laberintos. 

Lo que demostró este estudio es que las ratas corrían más rápido al final del laberinto cuando ya estaban cerca de la caja de comida (recompensa) que durante etapa de estar perdidas en el laberinto. Es decir, las ratas avanzaban más rápido cuando veían posible y cercana su recompensa. 

Claramente, el desafío, el laberinto, les hacía perder interés en el proceso. Cuando estamos lejos del objetivo perdemos la motivación, lo que se siente como un laberinto sin salida (como el efecto Plateau)

Por eso, es importante saber que los laberintos son sólo obstáculos que nos ponen en un lugar incómodo, simplemente para buscar soluciones y seguir creciendo con más fortaleza. 

A nivel práctico, para aplicar como herramienta se deben utilizar mecanismos para acortar los objetivos y crear procesos que eviten “medios” amplios; así evitando la pérdida de motivación en el camino.

Este efecto explica por qué perdemos motivación cuando la meta está lejos. Nuestro cerebro responde mejor a objetivos cercanos y tangibles. ¿La solución? Dividir grandes metas en pequeños hitos visibles y alcanzables. Así te asegurás de avanzar incluso cuando parece que la meta final es inalcanzable.

Si querés profundizar sobre esta poderosa herramienta, te recomiendo que leas mi artículo:

Dédalo es el verdadero maestro de Ricky Rubio

Sin lugar a dudas, cualquier persona que haya pensado esta frase, “Never too high, never too low” en los últimos siglos, se basó en la historia mitológica que compartí anteriormente. 

El consejo que Dédalo le dio a su hijo es sabiduría pura aplicada a lograr el equilibrio entre dos polos y no dejarse arrastrar por ninguno de ellos. 

No acercarse al sol porque se puede derretir la cera que pegaba las plumas es una metáfora de cómo quedarse pegado en el éxtasis de la victoria o los placeres del éxito te pueden llevar a la ruina. 

Mantenerse en medio y más neutral cuando las cosas salen bien es una habilidad mental que permite, paradójicamente, mantener el éxito. 

El éxito sólo es sostenible cuando la persona que lo logra no se sube a él y lo considera un resultado más, equiparandolo incluso, al de una derrota. Esto es porque los mejores deportistas no son cortoplacistas. Piensan en el largo plazo, lo que convierte cada resultado en un pequeño punto dentro de lo que construyen. 

La única manera de sostenerse en el tiempo es, claramente, manteniéndose neutral. Lo mismo aplica al segundo consejo, el de no volar tan bajo.

Dédalo y Ricky saben que ir por esas alturas no es recomendable, ya que eso puede tener un camino de difícil retorno. La idea de mantenerse en medio, aún en los momentos difíciles y en las derrotas, permite tener una perspectiva de aprendizaje y crecimiento, liberándose de las expectativas del resultado y sólo poniendo el foco en el proceso. 

Nunca tan alto, nunca tan bajo. Y agregaría: nunca tan positivo, nunca tan negativo. 

Ser neutro es una habilidad que se desprende de esta mentalidad que acompaña a Ricky Rubio y por eso, te presento la herramienta del Pensamiento Neutral para lograr el equilibrio en la vida y el rendimiento deportivo.

Herramienta #4: Pensamiento Neutral

Según Moawad, el pensamiento neutral es una estrategia de alto rendimiento que enfatiza en el pensamiento sin juicio en situaciones de crisis y alta presión. Se basa en no etiquetar los sucesos como positivos o negativos, sino más bien en eventos observables. 

Este mecanismo de gestión permite encontrar un estado óptimo interno independientemente de cómo serán los sucesos del exterior. Esto permite no enfocarse en resultados y consecuencias que exceden el control del deportista y ayuda a tomar decisiones en el momento presente, momento en el que suceden las cosas y dónde la siguiente acción requiere el foco atencional. 

A los deportistas, este enfoque les permite pensar rápido, pasar página tras los errores y tomar mejores decisiones para la siguiente ejecución. 

Si querés sostener tu rendimiento en el tiempo, lo peor que podés hacer es quedar atrapado en el éxtasis del éxito o en la desesperación del fracaso. El pensamiento neutral es la mejor estrategia para mantener el enfoque en el presente y tomar mejores decisiones bajo presión.

Si querés profundizar sobre esta poderosa herramienta, te recomiendo que leas mi artículo:

Elegir como volar: Toma de decisiones, Recursos y Herramientas

Cuando Dédalo se puso a analizar cómo salir de su propia obra maestra, ahora no como creador del laberinto, sino como prisionero, se dio cuenta de que la única manera era volando. 

Esto demuestra la capacidad de razonar ante un evento externo y analizar las opciones y escenarios disponibles. Si no se podía por tierra o por mar, había que buscar una tercera opción.

Pero Dédalo no salió disparado por tierra a ver si era viable, primero pensó.

Y esto es lo que muchos deportistas no se detienen a hacer cuando están atrapados en un escenario similar. En lugar de parar la pelota, reflexionar y analizar, toman decisiones apresuradas. Todas las conductas y consecuencias que suceden luego son producto de esas decisiones, por eso es importante. 

Otra cuestión es la disponibilidad y utilización de recursos. Dédalo se las ingenió para armar un dispositivo con los recursos que tenían a mano, y esto es una enseñanza valiosísima.

No dijo a Ícaro: “tenemos que pensar como llegar a la tienda para comprar elementos”, sino que miró alrededor y pensó cómo combinar esos elementos para convertirlos en una solución. 

Los deportistas tienen muchos recursos en su interior, que no saben o no están dispuestos a utilizarlos. Siempre están esperando que suceda algo para empezar. O que cambie su entrenador. O que se lesione Pepito. Y eso es un error. 

En los espacios de desarrollo personal – deportivo trabajamos juntos en identificar sus propios recursos y herramientas y ponerlos a trabajar en su favor para mejorar el rendimiento en competencia, evitando así exponerse a factores fuera de control y mayoritariamente nocivos. 

Es clave decidir cuándo acelerar y cuándo ser paciente. Cuando activar recursos propios y cuándo apoyarse en el exterior. Y principalmente aprender a identificar qué herramienta utilizar en cada momento dado. 

Para modelizar esto, te presento una herramienta de toma de decisiones que, casualmente, proviene del mundo de la aviación. 

Herramienta #5: Bucle OODA

Jhon Boyd fue un piloto americano de guerra que sirvió en la Guerra de Corea y que revolucionó el mundo de la aviación y de estrategias militares pero principalmente, el de la toma de decisiones en los seres humanos que buscan tener una performance exitosa en un ambiente de presión. 

El modelo desarrollado por Boyd se llama Bucle OODA ya que se compone de cuatro etapas. 

  1. Observación (o percepción)
  2. Orientación
  3. Decisión
  4. Acción. 

Todas estas etapas no se verán desarrolladas siempre en forma lineal sino que justamente lleva la forma de un bucle, en donde la retroalimentación o feedback es constante. 

Como verás, el proceso decisorio consta de 4 partes y se va actualizando en base a lo que sucede en el entorno a partir de la decisión: es un modelo dinámico. 

Además, es interesante ver como en la etapa de Observación influyen todos los factores del entorno (por ejemplo, Dédalo mirando que no había escapatoria y que había plumas en el suelo) o en la etapa de Orientación cómo se analizan recursos internos (como Dédalo pensando de manera creativa, cuál inventor). 

Observar → Orientarse → Decidir → Actuar. Este ciclo de pensamiento te permite reaccionar con claridad en momentos de alta presión, evitando decisiones impulsivas. Cuanto más entrenes este proceso, más rápido y preciso serás en la toma de decisiones, tanto en el deporte como en la vida.

Si querés profundizar sobre esta poderosa herramienta, te recomiendo que leas mi artículo:

La doble cara de la ambición: perspectiva vs impulsividad

En el último apartado quería hacer mención a la muerte de Ícaro ya que me parece potente el mensaje que deja el mito, que podría haber terminado con la feliz e ingeniosa huída de padre e hijo. Sin embargo, la historia termina con un final trágico que envuelve diferentes rasgos de la personalidad del personaje. 

Encuentro dos caras a esta situación: por un lado, la curiosidad y toma de perspectiva de Ícaro volando mucho más alto de lo que debía y por otro, en ese mismo acto, la ambición desmedida, la impulsividad y la falta de autocontrol. 

Vamos por partes. 

En mi opinión la curiosidad es la habilidad mental más infravalorada y la más poderosa. Es la que permite querer saber más, aprender y desarrollarse. Cualquier deportista necesita ser curioso para poder ser mejor. 

Por otro lado, todo deportista curioso e inteligente está abierto a tomar nuevas perspectivas porque sabe que lo que conoce no es la única realidad y eso lo hace crecer ininterrumpidamente. 

Ícaro no quería sólo escapar, quería ver más. Esta virtud me parece digna de destacar. Sin embargo, considero que lo que influyó negativamente en su conducta fue una ambición desmedida. 

Este personaje fue consciente de los beneficios de volar más alto, pero no de los riesgos, y este es un grave error. 

La impulsividad y la falta de autocontrol le jugaron una mala pasada, así como le sucede a los deportistas reactivos, que no saben gestionar sus emociones y se dejan llevar por la vorágine de las situaciones en vez de manejarlas de forma controlada. 

En este caso, la combinación de todos estos rasgos tuvo un final trágico, pero puede que no sea así si se utilizan de manera efectiva. La misma curiosidad que nos hace crecer, puede hacernos caer si no la sabemos manejar. 

Ícaro nos recuerda que volar demasiado alto sin control es igual de peligroso que no volar en absoluto. 

Y acá es donde vuelve a cobrar sentido el “Never too High, never too low” de Ricky Rubio. 

Laberintos, vuelos y equilibro

Como verás, todo conduce a la misma filosofía de vida. Ni en el suelo, ni en el aire. Ni en el éxtasis de la victoria, ni en la frustración de la derrota. 

Volar en medio y en equilibrio es la clave para sostener cualquier proceso, en el deporte y en la vida. La clave no es evitar estos extremos, sino saber moverse entre ellos con inteligencia. 

Los laberintos que nos propone la vida son invitaciones a conocernos mejor, evaluar reflexivamente el entorno y tomar decisiones más efectivas que nos permitan seguir creciendo, evolucionando y volando. 

Todo proceso tiene su estancamiento, pero esto es normal en la naturaleza y en la mente humana. Lo importante es continuar, y hacerlo de una manera sana e inteligente. 

El mito de Dédalo e Ícaro nos deja muchas enseñanzas sobre la vida y el deporte. 

Si Dédalo pudiera dar un consejo hoy a los deportistas, probablemente diría lo mismo que Ricky Rubio: nunca tan alto, nunca tan bajo. Porque el verdadero éxito no es volar más alto que nadie, sino aprender a mantenerse en vuelo. 

Después de años estudiando el desarrollo mental en el deporte y estas herramientas, me di cuenta que la clave no está en evitar la altura ni temerle a las caídas, sino en aprender a volar con equilibrio para superar los desafíos, que son parte de cualquier proceso. 

Esta lección debería llegar a la vida de cualquiera, tarde o temprano.

Ahora te pregunto:

¿Cuál es tu laberinto hoy?

¿Cómo podés asegurarte de volar con inteligencia? 

Si te gustó este artículo, compartilo con alguien que necesite encontrar su equilibrio. Y si querés trabajar en tu mentalidad deportiva, escribime y lo hacemos juntos.

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